En el ring de la discusión

Por: Xeh Reyes

Pero de por dios, ahora resulta que no tengo un argumento.  Por mi edad, dicen, qué no sé nada del mundo, que lo juzgo sin conocerlo, que la vida pasa sobre mí y yo no logro nunca captar nada de lo que me dice, que me duermo en los laureles, han de pensar. Dicen, que porque sólo tengo ‘tiun años de cocoloco no tengo la capacidad de sostener una idea, y mucho menos una idea fuerte. Pa’ colmo se toman el atrevimiento de subestimar. Tranquilos, que Spinetta ya me ha hablado de “Las habladurías del mundo” y cuando nací me echaron de una pa’l baile de los que sobran.

“Mijita, usté' sin esa cosa de la educación no es nadien”, me dijo mi bisabuela tomando sancocho ‘e gallina, aquel día de infancia bajo el palito ‘e mango en Baranoa. Pensaba, en medio de mi ingenuidad, en unos cuentos sobre el futuro, cuentos que me echaban mis padres, ese futuro que ya es hoy, y cuánto añoro esos tiempos en que los aprendí, sin duda mucho más seguros, dijeron Los Prisioneros.

Pero Mama Mode,- le diría hoy a mi bisabuela- eso de la ecuación chibchombiana no sirve es pa’ ná’, esos del otro lado se las saben toditas y no hay cuentito que uno les pueda echar. ¡Y ay! Donde uno se meta con lo que ellos más quieren, ese continente chiquitito, Mama Mode, si figúrate que cabe aquí en tu patio no má’. 

¿Chiquitito mija? Si ese continente lo que es, es grande. Aquí llegaron, y yo soy tan vieja que hasta casi me acuerdo de esa vaina de la colonización, pero escucha mis consejos, que es mejor no llevarles la contraria. Si te dicen algo, déjalos. Si te quieren insultar, déjalos mamita. Déjalos, ¿pa’ que te amargas la vida batallando atrás de na’? Esos señores tienen algo que nosotros no: historia. Y nosotros tenemos algo que ellos no: presente. A pué’ y tú porque crees que los argentinos son como son? … y así hubiésemos seguidos por horas y horas.

Y sí, ya un maestro me lo había dicho, que ellos nacían con la vida codificada, con la historia en el ADN y que al nacer todo ya lo habían entendido, y nosotros por tener implantado desde hace 200 años el chip colonial, hacemos caso omiso a sus palabras cargadas de prepotencia. Pero yo no soy un hueso fácil de roer, no señor, el que se mete conmigo deberá estar dispuesto a contar 100, 1000, o 1.000.000 de caracteres, antes de decir “mu”.  Es que la pelea señores, entre el viejo y el nuevo mundo ahora está más álgida que nunca, un continente momificado y encerrado en sus paredes de museo, y del otro lado un continente que hoy renace, que hoy crece, que hoy busca una verdadera libertad. Bien sabia era Mama Mode cuando decía que ellos tienen el pasado y con él toda la autoridad para hablar de cualquier tema, pero nosotros tenemos el presente y el ímpetu de un adolescente que le pone marihuana dentro de la galletita festival a la perra pa’ que no ladre, se vuela la verja y se va pa’l picó en las noches verbena.

Creo que la vaina va por ahí…. Y será otro post sobre como “trabar” al enemigo.

Ahora sólo le pido a la burra mocha que me ayude a dejar este bendito vicio, ese cuento de discutir y argumentar con los europeos. Ellos, Dioses del Olimpo, jamás serán capaces de aceptar un argumento de una negra de las indias. Yo mejor me voy pa’ La Habana y no vuelvo má’… a ese bendito ring de la discusión.

1 Response to "En el ring de la discusión"

  1. El Hombre Baltico Says:

    Quien es esta Xeh Reyes??
    Quiero conocerla!

    Por lo pronto, esperaremos el post sobre como trabar al enemigo.
    Aunque no creo que se necesite mucho: podrìa ser suficiente ESPERAR.
    Y esperar tambien que el adolescente en busqueda de la verdadera libertad no termine viejo y gris en saco y corbata, como todos sus amigos, diez aNos despuès.

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