Barranquilla, ¿ciudad moderna?

martes, 3 de agosto de 2010 18:38 Publicado por Maga
Por: Adriana Carrillo


Un mexicano le pregunta a otro: “oye cuate, ¿tú eres moderno, o pos moderno?” y el otro le responde: ¡pos-moderno!

Chiste popular



Cuando estaba empezando la carrera de Comunicación social, me encontré con un profesor de Historia moderna, exiliado chileno, que después de hablar todo un semestre sobre modernidad, nos dijo que no creía que la posmodernidad existiera. La afirmación me pareció cerrada y absolutista y resolví, en aquel entonces, que el hombre estaba en un error, producto de su arrogancia, por lo demás. El semestre siguiente tuve otro profesor que hablaba de la posmodernidad, del sujeto senti-pensante y la tendencia actual de la gente a preocuparse, exclusivamente, por el presente. Leí algunas cosas y el tema llegó a apasionarme, como buena estudiante entusiasta, abierta y hambrienta del debate de ideas.


En un pasillo, volví a ver a aquel profesor modernista, sarcástico a morir con sus alumnos menos aventajados, que aún me recordaba; cabe decirlo, en buenos términos. Aproveché el breve encuentro para refutarlo y argumentarle aquella teoría. Me escuchó y me sonreía con aquel aire de haber escuchado esas cosas miles de veces. Cuando encontró espacio, me dijo: “pero si esas cosas ya las ha dicho la modernidad. Acuérdese de la lectura de la primera clase, la Tercera meditación de Descartes…”. Volví a contra-argumentar, llena de certezas y ahínco. A lo que él respondió con una risotada y una invitación a discutirlo con más tiempo y libros de por medio.


Nunca cumplimos aquella cita y el tema, para mí, quedó flotando. Lo único que dejó fue duda. Nada nuevo para quien filosofa. Con el tiempo, fui encontrando respuestas, que me hacían recordarme a mí misma como una adolescente enérgica y apasionada. 


Cuento esto, no para dar una respuesta al tema. Ni para decir si existe o no la posmodernidad, ni para decir si una es mejor que otra. Al fin y al cabo en la filosofía cada quien cree lo que quiere creer y por lo tanto, son siempre discusiones infinitas (que como en el monopolio: uno juega hasta que se aburre). Yo creo en la razón ¿soy modernista?; Apoyo la diversidad ¿soy posmoderna? 


Tener claros los conceptos es una tarea de largo aliento. Sólo unos pocos están dispuestos a buscar claridades sobre el tema, y yo lo aplaudo. Pero hay que tener en cuenta que así como existe una teoría, hay un millón detrás. Sólo diré que pensar esas cosas en esta ciudad es una paradoja interesante. Ya quisiera yo que Barranquilla, una ciudad llena de transacciones medievales, fuese moderna. Yo, por lo menos, no creo que lo sea. Me cuidaría de asociar lo primitivo con lo moderno y, entre otras cosas, de decir que estamos en “una de las ciudades más modernas del mundo”. Sólo espero que las confesiones no terminen en confusiones. Como dice un gran amigo boricua: “Ya tú sabe’”.

0 Response to "Barranquilla, ¿ciudad moderna?"

Publicar un comentario

¿Qué opinas tú?