Por: Adriana Carrillo
El pensamiento, como las conversaciones, son faltos de un orden aparente. Cuando digo esto pienso en el Ulises, de James Joyce, y sin irme lejos, en cualquier persona cuando se sienta a hablar con otra, lejos de la rigidez de un tema impuesto. Pienso en mí, y la gente como yo, dispersa, que siempre llegará a las preguntas de “¿por qué es que estamos hablando de esto?, ¿cómo fue que llegamos hasta aquí?”.
El pensamiento, como las conversaciones, son faltos de un orden aparente. Cuando digo esto pienso en el Ulises, de James Joyce, y sin irme lejos, en cualquier persona cuando se sienta a hablar con otra, lejos de la rigidez de un tema impuesto. Pienso en mí, y la gente como yo, dispersa, que siempre llegará a las preguntas de “¿por qué es que estamos hablando de esto?, ¿cómo fue que llegamos hasta aquí?”.
De igual manera, y con ánimo de dar un poco de orden a la infinidad de reflexiones que surgen de una cosa, que es germen, quisiéramos (un italiano de ninguna parte y una colombiana periodista) inaugurar este blog, en el que muy seguidamente contaremos también con la ayuda de los amigos, los que están y los que vendrán en el camino, que tomarán la palabra para hacer Relevo y alimentar la charla.
Sabemos cómo comienza, sin muchas claridades de cómo podrá acabar. ¡Bienvenidos a este espacio de improvisación conjunta con las letras!
22 de julio de 2010, 15:19
¿Hallaremos todos nuestro propio rincon en alguno de los parques? Hay algo que puedo decir con certeza, se siente bien visitar este lugar.